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lunes, 25 de enero de 2016
Un muchacho alegre, gritón y juguetón
-(P) ¿Por qué le dicen El Caimán?
-(R) Mi nombre verdadero es José Alberto Castillo. Lo del Caimán vino después. Ese nombre me lo pusieron en un corte de papa en Monte Carmelo. Me pusieron caimán por una papa de a kilo que me comí. Al principio no me gustaba que porque yo veía el caimán muy "jocicón". Luego de tanto decirme así me gustó y así me quedé.
Recuerda El Caimán que esto ocurrió en una de las decenas de caseríos de Andrés Eloy Blanco, donde trabajó como hombre de campo. Nació el 3 de enero de 1937, en Las Rositas, sector campesino de este municipio que se caracteriza por el cultivo de la papa, el café y otros bienes agrícolas. Sus padres fueron María Elena y Juan Gregorio Castillo.
-(P) ¿Cómo fue su niñez?
-(R)Yo jugaba en los palos muy altos, como los chucos, me guindaba. Jugaba con el trompo, jugábamos el sunsún. Lo hacíamos de latas de alijuerá y de madera también se hacía, eso roncaba "¡rum rum!".
El Caimán responde con ese histrionismo que lo caracterizaba, así como una vez lo recogió el investigador Renato Agagliate, en el libro Sin decí una garra ´e mentira: cuentos orales de El Caimán de Sanare, publicado en 2008 por la Fundación Editorial El Perro y la Rana.
-(P) Y su juventud Caimán ¿Cómo fue su juventud?
-(R) Muy alegre, me gustaba mucho la música. Dejaba ´e comé por oí violín y la guitarra grande que llamaban lira. Era muy gritón y cancionero. Tambien peliaba. Cuando me veía sangre en las narices me ponía fiero, muy bravo. Era muy jartón, comía to´ lo que se atravesara. Era bandío, me gustaba echá broma por sólo vé a la gente brava. Después jue que me compuse.
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